Zigzagueando voy distribuyendo materiales de vida y encauzando mis aguas para alimentar la selva, praderas y sabanas.
Un material como la arcilla y un producto como la cerámica nos permiten acercarnos a las circulaciones de mi cuerpo lleno de gentes.
Durante el periodo colonial los grupos indígenas de la región del Orinoco resistieron. A pesar de los impactos de la colonización, la cuenca continúo funcionando como una vibrante autopista de intercambios interétnicos. Las famosas visiones utópicas jesuitas sobre el Orinoco y su potencial se venían realizando desde siglos atrás, pero desde una visión indígena que afirmó una forma de territorialidad fluida y un comercio basado en la reciprocidad.
Te invito a continuar esta exploración a través de un libro extenso y detallado sobre mis aguas y gentes. Se trata del Orinoco Ilustrado de padre jesuita Joseph Gumilla.
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